martes, 19 de diciembre de 2017

River Plate elimina a Boca Juniors de la Copa Libertadores 1970


- "El tema de la angustia del ser humano por morir me importa tanto como un partido de Libertadores, o inclusive menos. Porque la muerte está al alcance de cualquiera, la Copa Libertadores no", deliciosa frase inmortalizada por Alejandro Dolina que elegimos para la apertura de este informe quizá por la concisión con la que logró precisar los sentimientos encontrados que a cualquier enfermito de la redonda le provoca esta competición única. En vista de que de este lado del charco no hay certamen que, por más profesional que sea, tenga esa connotación de barrio, de guapeza, de potrero. La final del mundo en Japón, es lo máximo, claro, pero la Libertadores es diferente. Jugarla implica hacer historia. Ganarla, no hay palabras. Desde que vio la luz en abril del '60 al día de la fecha se han disputado cincuenta y seis ediciones (actualmente se está disputando la Nº57) de una copa que por más marketing que la envuelva, vista en televisor a tubo o en high definition o siendo adornado su nombre por la multinacional extranjera de turno, la que alguna vez se llamó Copa Campeones de América que pasó luego a ser la Copa Libertadores de América y hoy conocemos como Copa CONMEBOL Libertadores Bridgestone, continua y continuará siendo siempre la obsesión más hermosa del continente. Conducidos por el capitán Gallardo, aquel sueño libertador del pueblo Riverplatense que se hizo realidad en aquella lluviosa noche del 2015 ante Tigres se renovará en febrero del año que viene cuando inicie una nueva edición del trofeo más preciado. Por consecuente, y en el marco de la presente trigésima tercera participación que este año cumplió El Más Grande en la copa dedicamos estas líneas a uno de los acontecimientos más rutilantes en la historia internacional de nuestra institución. Porque en medio de esos lúgubres diecisiete años y monedas en que la gloria fue esquiva por Núñez aun así se vivieron pequeñas grandes alegrías que indefectiblemente quedaron sepultadas por tantas tristezas: eliminar a Boca de la Copa Libertadores por segunda vez en la historia, por ejemplo. 

La Copa Libertadores de América 1970 fue la undécima edición del torneo de clubes más importante del continente sudamericano. La disputaron 19 equipos de nueve países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. A su vez como había ocurrido en la edición anterior Brasil cedió sus dos plazas correspondientes y no envió representantes por estar aún en desacuerdo con el formato de juego elegido por CONMEBOL. El título fue por tercera ocasión para Estudiantes de La Plata que venció a Peñarol de Uruguay en la final. Pero seguramente el atractivo más destacado que ofreció aquella Copa Libertadores fue el Superclásico del fútbol argentino que se disputó cuatro veces en dicha edición. Comencemos poniéndonos en contexto. Aquel 1970 parecía ser un año bisagra para un River que venía de tres subcampeonatos consecutivos y marchaba derechito al cuarto -aquel (mal)recordado Metropolitano ‘70 perdido por un gol de diferencia ante Independiente-. Ese mismo año volvíamos a jugar la copa tras la decisión de AFA de renunciar a disputarla en 1969 y teníamos nada más y nada menos que a los innombrables integrando el mismo grupo de primero ronda que nosotros. Dato no menor es que los muchachos de la ribera andaban con un pánico escénico que ni se puede mencionar. No es para menos, cuatro años atrás en su última participación libertadora los habíamos eliminado de local arrancando nosotros dos goles abajo, je.

El 17 de febrero de 1970 River Plate recibió a Boca Juniors por la jornada inaugural del Grupo 1 de la Copa Libertadores en el Estadio Antonio Vespucio Liberti bajo un marco imponente de la parcialidad local, digno de una final. El reñido duelo finalizó con victoria xeneize por 3 a 1 con goles de Aldo Villagra y Jorge Coch (X2). Enzo Gennoni marcó el empate parcial para el Millonario. Debut copero accidentado para un plantel que empezó trastabillando ante el enemigo más clásico de todos pero que con el correr de la competencia se conviritia en su verdugo mas temido.

Imágenes de la derrota de River Plate ante Boca Juniors por 3 a 1 en la Copa Libertadores 1970

Tapa de la revista “Así es Boca” Nº813 correspondiente al 18 de febrero de 1970 (atención a la reseña en oscuro)

El 19 de marzo de 1970 en el Estadio Alberto José Armando y por la última jornada del Grupo 1 el Boca de José María Silvero derrotó al equipo de Ángel Labruna por 2 a 1 con goles de Alfredo Hugo Rojas y Raúl Savoy. Nuevamente fue derrota superclásica en aquella Libertadores para un River que de todas maneras ya estaba clasificado a segunda ronda tras vencer al Bolívar de Bolivia en Buenos Aires. Así, en la general del Grupo 1 Boca Juniors finalizó invicto en la primera ubicación con 11 puntos y segundo avanzó sin inconvenientes River con 7 unidades. La categórica diferencia de jerarquía entre La Banda Roja y sus adversarios del altiplano se pudo ver plasmada en el campo de juego con victorias muy holgadas donde principalmente se destaca lo que fue la máxima goleada de la historia de la institución en la Copa Libertadores de América, al derrotar por 9 a 0 a Universitario de La Paz en el Estadio Monumental. ¿La segunda? El 8 a 0 ante Jorge Wilstermann por los cuartos de final de vuelta de la corriente edición.

Retrato del gol de Daniel Onega a Universitario de Perú la noche en que River Plate realizó la máxima goleada de la historia del club en la Copa Libertadores de América (9-0)

Imágenes del entrenamiento en el Monumental del River de Ángel Labruna de cara al segundo Superclásico copero del Grupo 1 de la Copa Libertadores 

Resumen de Boca Juniors 2 - 1 River Plate correspondiente a la última jornada del Grupo 1 de la Copa Libertadores 1970

Tapa del Diario Clarín correspondiente al 20 de marzo de 1970

En ese tiempo el formato de la Copa Libertadores establecía que los ocho clubes clasificados a la segunda fase se dividirían en tres grupos (1, 2 y 3), dos compuestos por tres integrantes y el restante por dos. A su vez únicamente los equipos ubicados en la primera posición de su grupo serían aquellos que avancen a semifinales. River Plate, Boca Juniors y el Club Universitario de Deportes peruano integraron el Grupo 1, Peñarol de Uruguay, Guaraní de Paraguay y la Liga de Quito ecuatoriana conformaron el Grupo 2, mientras que Nacional de Uruguay y la Universidad de Chile compartieron el Grupo 3.

16 de abril de 1970, Estadio Antonio Vespucio Liberti, Buenos Aires. Tras haber vuelto ambos vencedores de Lima ante Universitario, el River de Labruna y el Boca de Silvero llegaban al clásico como lideres con tres unidades cada uno y con la posibilidad latente de sacarse ventaja por sobre el otro y aprovechar ese envión anímico para comenzar a encaminar la clasificación a semifinales. Aquella noche el público visitante estaba tan efusivo y compenetrado en brindarle muestras de afecto a nuestros jugadores que de hecho promediando el segundo tiempo, una gran cantidad de hinchas de River se metieron en las tribunas visitantes a combatir mano a mano contra los primos del riachuelo produciendo la catástrofe, la hecatombe (?). Inclusive en la edición del 5 de mayo de 1970 Nº 2639 de la Revista El Gráfico salió publicada una fotografía muy impresionante en la que se puede apreciar a un simpatizante Millonario colgado de la baranda de la Centenario Alta y a punto de caer por los incidentes en las tribunas. Ni el recuerdo subyacente de la final del Nacional 1969 ni los cruces de primera ronda que coronaban favorito al elenco visitante fueron impedimento para que un sutil toque del ‘Chamaco’ Rodríguez en previa pared con Onega venza a Roma, y le permita al Millonario llevarse el triunfo en un partido durísimo a colmado estadio. A los 63 minutos del segundo tiempo el eterno Oscar ‘Pinino’ Más desvió un penal que inclusive pudo haber aumentado la diferencia.

Así formó River Plate: Hugo Carballo, Roberto Ferreiro, Miguel Ángel López, César Laraigneé, Jorge Dominichi, Carlos Rodríguez, Jorge Recio, Enzo Gennoni, Néstor Scotta, Daniel Onega y Oscar 'Pinino' Más

Director Técnico: Ángel Amadeo Labruna

River Plate vs Boca Juniors, segunda fase de la Copa Libertadores 1970

Tapa del Diario Clarín correspondiente al 17 de abril de 1970

Fragmento de la Revista River N°1324 correspondiente a abril de 1970

El objetivo era uno y estaba muy claro: había que borrar a Boca de la copa

Ya vencido Boca el siguiente escollo fue nuevamente el duro Universitario peruano de las grandes figuras como Héctor Chumpitaz, ‘Cachito’ Ramírez y Percy Rojas, que, a pesar de su jerarquía individual como colectiva, fue vapuleado en Núñez por 5 a 3 con una actuación para el recuerdo del eterno Oscar ‘Pinino’ Más, autor de un hat-trick esa noche. A la última jornada de aquel Grupo 1 River Plate llegaba líder absoluto con seis unidades, seguido por su acérrimo rival dos puntos abajo y ya sin chances por haber caído en todos los partidos de la segunda fase, Universitario. Por todo esto el semifinalista de la copa saldría del duelo Superclásico de la última jornada.

30 de abril de 1970, Estadio Alberto J. Armando, Buenos Aires. Ya en la previa se percibía un ambiente muy denso generado malintencionadamente, cuando no, por el presidente xeneize Alberto José Armando, que en los días precedentes al partido había estado hablando de un complot contra su institución y de “cosas turbias” por parte de la terna arbitral que dirigió a los suyos frente a Universitario (contradictoriamente ganó 1 a 0), etcétera. En fin, nada que no sea sandeces de un polémico dirigente amigo de los poderes de turno. Dejando un poco de lado eso y retornando estrictamente a lo deportivo, una Bombonera colmada fue testigo de la histórica muestra de hombría por parte de un River que se le plantó de igual a igual a Boca. Desde el comienzo a River le costó controlar a los volantes boquenses que, al minuto, tuvieron una increíble oportunidad de gol en los pies de Norberto Madurga. Con el paso de los minutos el murmullo empezó a descender y apoderarse de las tribunas de la Bombonera, y River se asentó desde la seguridad de su dupla central, el ‘Zurdo’ López y Laraigneé, más la labor de Rodríguez y Recio anulando a los generadores del fútbol de Boca y aislando al famoso Rojitas. El primer tiempo estuvo teñido de violencia por parte de la defensa local, especialmente por parte de Suñé, Nicolau y Rigel, tres auténticos picapiedras, que ante la mirada complaciente de otro anti-River, el referee Roberto Barreiro, pegaron a diestra y siniestra durante casi 45 minutos constantes. Sobre el final un cabezazo desviado de Savoy hizo temblar el arco Millonario. El pitazo final de aquel desdibujado primer tiempo entregó un alarmante mensaje para los primos: el marcador igualado en cero clasificaba al Más Grande. Silencio y preocupación del 80% del público presente que sumergidos en el profundo silencio que produce la ansiedad observaban como los equipos partían a las duchas. Quedaban 45 minutos más.

El eterno Ángel Labruna, como de costumbre, tapándose la nariz de camino al banco de suplentes de la Bombonera

Apenas iniciado el segundo tiempo un violento foul de Miguel Nicolau provocó una baja sensible para River dejando fuera de partido al mejor jugador del equipo, ‘Pinino’ Más. En su lugar ingresaría Héctor Minitti a quien no le pesaría la presión y brindaría su mejor actuación con la camiseta Millonaria en esos 40 minutos. El dominio era repartido y ninguno se hacía demasiado daño por más que las pocas acciones creativas nacían en los pies del icónico ídolo boquense Ángel Clemente Rojas. Pero con el correr de los minutos la tendencia ofensiva de un Boca necesitado de tan solo un gol para ponerse en ventaja y eliminar al eterno rival desató un auténtico vendaval de ocasiones de gol que parecían doblegar a la resistencia Millonaria sostenida por Laraignée, Miguel Ángel López y el ‘Chamaco’ Rodríguez. Tanto el gran tiro libre ejecutado por Omar Larrosa que dio en el travesaño como la excepcional ataja de ‘Perico’ Pérez ante Rojas, hacían parecer que el gol de Boca estaba al caer. El gran choque parecía que iba camino a la igualdad eterna, hasta que llegó el minuto 65' y la historia se volcó definitivamente para los de Labruna cuando un furibundo pelotazo largo de 'Pipo' Ferreiro encontró bien perfilado a Daniel Onega dando lugar a una de las jugadas más discutidas de la era contemporánea del fútbol argentino, ya que al parecer tras la sorpresiva pelota de gol lanzada desde campo de River, y que el defensa boquense Miguel Nicolau intentó interceptar de un manotazo al percibir que llegaría a destiempo, Onega acomodó el balón con la mano y tras una larga y solitaria corrida definió cruzado contra un palo ante la salida desesperada de Antonio Roma. Aquel inesperado gol de River desató la algarabía de las miles de almas rojiblancas que se encontraban eufóricas gritando desde la tribuna visitante en el sepulcral silencio de un estadio anonadado tras recibir un puñal irónicamente en el corazón en el mejor momento de su equipo. La eliminación xeneize era prácticamente un hecho por lo que los nervios propios de verse afuera del certamen llevaron a que a casi 15 minutos del final en una de las escaramuzas se fuera expulsado Norberto Madurga tras pelearse con el ‘Chamaco’ Rodríguez, también expulsado. A los 81’ minutos Rojas aprovechó un mal despejo de la defensa Millonario y de volea estampó el esférico en el ángulo de ‘Perico’ Pérez. Nublado por las expulsiones y el escaso tiempo, un Boca nublado solo se limitó a tirar centros que la defensa de River rechazaba y hacían agigantar la figura de Perico que lucía desviando un fuerte cabezazo de Savoy y una clara entrada de Rojas. Boca trató de capitalizar los últimos minutos que quedaban, pero el tiempo es tan tirano que se agota cuando más se lo requiere y el pitido final desató la fiesta Riverplatense en terreno enemigo. Angelito Labruna vivía su gran noche como entrenador y disparado del banco de suplentes salió corriendo a abrazar a Danielito Onega como si fuera uno de sus tantos goles en los años cuarenta al rival de toda la vida. La Bombonera se vació silenciosa en cuestión de minutos mientras que la parcialidad visitante permaneció mas de media hora festejando en las tribunas hasta que la policía dijo basta. Entonces una procesión enfiló desde el barrio de La Boca a Núñez copando todos los medios de transporte, viviendo un carnaval como hacía años no disfrutaba en rodeo ajeno. Un dato de color es que el entrenador xeneize José María Silvero entró en la historia por ser el único hombre de Boca en ser eliminado por River de una Copa Libertadores como jugador (1966) y como técnico (1970). ¡por segunda vez en la historia River Plate eliminaba a Boca Juniors de la Copa Libertadores de América!, ¡y nada más y nada menos que en la Bombonera!

Así formó River Plate: José Alberto Pérez, Roberto Ferreiro, Miguel Ángel López, César Laraigneé, Jorge Dominichi, Carlos Rodríguez, Juan Carlos Trebuqc, Jorge Recio, Néstor Scotta, Daniel Onega y Oscar 'Pinino' Más

Director Técnico: Ángel Amadeo Labruna

Histórica postal de los héroes de la Bombonera de 1970

River Plate vs Boca Juniors, segunda fase de la Copa Libertadores de América 1970

Retrato del gol de Daniel Onega a Boca Juniors en la Bombonera por la última jornada de la segunda fase de la Copa Libertadores 1970

Retrato de los festejos de Angelito Labruna, Daniel Onega y Jorge Recio en el campo de juego de la Bombonera

Tapa del Diario Clarín correspondiente al 1 de mayo de 1970


Tapa de la Revista Goles correspondiente a mayo de 1970

Tapa de la Revista River edición especial correspondiente al 4 de mayo de 1970


Artículo de la Revista River edición especial correspondiente al 4 de mayo de 1970

Tapa de la Revista River Nº1326 correspondiente al 4 de mayo de 1970


Tapa de la Revista River Nº1326 correspondiente al 4 de mayo de 1970

Artículo de la Revista River N°1326 correspondiente al 4 de mayo de 1970


Artículo de la Revista River N°1326 correspondiente al 4 de mayo de 1970

El siguiente escollo sería nada más y nada menos que el durísimo bicampeón defensor del título, Estudiantes de La Plata, de las figuras como Juan Ramón Verón, Carlos Salvador Bilardo, Carlos Pachamé, y dirigido técnicamente por Osvaldo Zubeldía. La semifinal de ida se disputó el 7 de mayo de 1970 en un Estadio Antonio Vespucio Liberti envuelto por un clima de tensión propio de un duelo copero entre dos equipos con ese nivel de competitividad. En un partido donde se jugó poco, pero se habló mucho, el elenco visitante consiguió encajar un gol tempranero (7’) de la mano de ‘La Bruja’ Verón y de ahí en más el análisis más imparcial que se puede hacer es sencillo: River propuso atacar y Estudiantes se dedicó a defender. Lastimosamente fue victoria clave para los 'pincharratas' por 1 a 0.

La vuelta se jugó ocho días después en el viejo estadio Jorge Luis Hirschi de Estudiantes donde el conjunto platense goleó contundentemente por 3 a 1 con goles de Solari, Verón y Echecopar, y privó al equipo de Angelito Labruna de disputar la segunda final de la Copa Libertadores de América en la historia del club. El tanto para los de Núñez lo marcó el eterno Oscar ‘Pinino’ Más a los tres minutos del segundo tiempo, convirtiéndose así en el máximo goleador de aquella edición de la Copa Libertadores con nueve tantos. Posteriormente Daniel Onega contaría en un libro de anécdotas que en el encuentro semifinal de vuelta cuando Carlos Bilardo fue a saludarlo le realizó un nefasto piquete de ojos, por lo que no pudo ver bien durante todo el partido. Posteriormente, el zorro viejo de Don Ángel le reprocharía muy ofuscado "¡¡Y vos para qué carajo lo saludas!!". Por otro lado, en la otra llave Peñarol Uruguay dejó en el camino a la Universidad de Chile y se clasificó finalista de la copa por sexta vez en su historia. Finalmente caería por la mínima en el tercer encuentro desempate y el título de campeón quedaría nuevamente en manos de Estudiantes de La Plata.


Estudiantes de La Plata vs River Plate, semifinal de la Copa Libertadores de América 1970

No caben dudas que una de las satisfacciones más grandes, y hasta quizás la más grande, para el hincha de River en aquella nefasta década del sesenta fue haber podido borrar a Boca de aquella inolvidable Copa Libertadores 1970, en lo que hoy se denomina estancia de cuartos de final. Quienes tuvimos el privilegio de haber vivido aquella epopeya en terreno enemigo no olvidaremos jamás como finalizado el clásico el pueblo Millonario se movilizo a las calles de cada rincón de la República celebrando como hacía años. Después la historia siguió su marcha negativa, pero esa noche River festejo la clasificación como un título. Porque aunque por esos años la historia fue esquiva, por lo menos por esa noche, River fue feliz.

Declaraciones de Daniel Onega en el libro "Anécdotas del Superclásico" de Alfredo Luis Di Salvo de editorial "Disfal"

3 comentarios:

  1. Opinión personal; dejen de mirar a la vereda de enfrente. Lo único que hacen es hacerles creer que son grandes; eso de "ganarle a..." es cosa de bobosteros y cuerboludos que desde abajo miran hacia arriba para decir "yo le gané a este, yo te gané a vos" cual nene jugando a la play con el padre... lo importante es que entre las veces que nos ganaron y las que no nos dio la nafta, en esas dos décadas de mierda (60' y '70) no pudimos ganar la copa teniendo un equipo de primerísimo nivel.

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    1. flaco ganarle a boca es lo mejor que le puede pasar a un hincha de river no hay cosa mas importante que ganarles siempre como en madrid cosa que no tiene parangon en el mundo .

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  2. Corregir en la foto, es Universitario de La Paz quien perdió 9-0

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