Nota del Diario Olé correspondiente al 6 de diciembre de 1998
- Antes de convertirse en un periodista serio y medido en sus dichos, Diego Latorre supo ser un declarante de esos que dan gusto escuchar. Irónicamente un rico de potrero que supo deleitar a las masas con frases como “Yo soy el Diego bueno”, “Boca es un cabaret”, sumadas a algún gestito pícaro contra la hinchada de Boca. Por eso a nadie debió extrañarle que ante algunos malos rendimientos en el Racing Club, en diciembre de 1998, amenazara con irse a jugar a River Plate, club que siempre admiro (a pesar de haber surgido en Boca Juniors y estar muy identificado con ese club). Según la palabra de 'Gambetita', ya estaba todo arreglado con los dirigentes Millonarios.
Aun así desde El Más Grande negaban todo: “No hay nada. Si no, estaríamos enterados del tema”. Pese a esta desmentida, el talentoso delantero insistía: “Me hablaron de River, no de manera formal, pero me hablaron”. A todo esto, Daniel Lalín (presidente de Racing Club en ese momento) fue terminante: “Él puede decir lo que quiera, pero acá mando yo. Su contrato termina en junio del 2000 y salvo que no quiera entrar a la cancha, va a seguir jugando en Racing”. Finalmente fue transferido al Cruz Azul y todo quedó en una venta de humo del jugador. Lástima. Porque él quería jugar en River Plate por una cuestión sentimental, y a nosotros los exigentes hinchas riverplateses nos hubiera gustado ver a Diego Latorre tirando magia en el Monumental.
Diego Fernando Latorre es una
auténtica excepción a la regla en el mundo de los ídolos xeneizes, ya que es
uno de los pocos íconos boquenses formados en la austera cantera del CABJ.
‘Gambeta’ fue descubierto en 1987 por el recordado ex futbolista Mario Zanabria
que envió a la Octava División del club para enfrentarse a un talentoso
combinado del “Country Mapuche”, en el que justamente se desempeñaba Latorre.
Debido a sus excelentes cualidades futbolísticas fue fichado instantáneamente y
se dio el lujo de no integrar todas las categorías inferiores de la
institución, formando así parte de la primera plantilla de Boca Juniors. Debutó
el 18 de octubre de 1987, en un partido ante Platense. Aunque el equipo
boquense perdió el partido por 3 a 1, Diego marcó su primer gol como
profesional. En esa misma temporada dentro de la liguilla pre-libertadores
marcaría 5 goles, logrando los elogios y reconocimientos de propios y extraños.
Comenzaba el sueño. A Diego le bastaron tan solo cinco años vistiendo la
camiseta azul y amarilla en la etapa comprendida entre 1987 y 1992, para
ganarse el cariño unánime de la hinchada xeneize a fuerza de fútbol y goles. No
caben dudas que en su mejor época Diego Latorre fue un gran ídolo de Boca. Otro
de los tantos que miró desde siempre a River Plate con ojos lujuriosos.
Diego
Fernando Latorre, el recordado ídolo de Boca Juniors que siempre admiró al
glorioso River Plate
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