El blooper dirigencial más grande de la historia nacional: El estadio de Boca Juniors que no fue 1964-1975

- En esta ocasión venimos a contarles una historia bastante interesante que muy pocos conocen. La crónica del inolvidable papelón xeneize en la década del '70: El super estadio que nunca se construyó. Pensemos en los 10 clubes más grandes del mundo según la FIFA y la IFFHS: FC Bacelona, Manchester United, Real Madrid, Milan, Juventus, Inter, River Plate, Bayern München y Liverpool FC. ¿Qué tienen en común? Gloria, historia, prestigio, tradición, títulos y estadios de primer nivel. Durante mucho tiempo los hinchas de Boca Juniors han criticado y chicaneado al Monumental afirmando que no tiene mística, ni historia. Lamentablemente para el hincha de Boca Juniors la realidad marca que el estadio del CARP es considerado el coliseo del fútbol argentino, algo que lógicamente ha despertado la envidia del resto de las hinchadas.

Tal es así que el presidente del Club Atlético Boca Juniors en los años 60' Alberto J. Armando, materializó esa intensa envidia al Monumental en un proyecto para diseñar un nuevo mega estadio para su club. Desde el 17 de diciembre de 1964, cuando el mismo Armando declaró públicamente en el diario "La Nación" que “Boca Nació a la orilla del rio y volverá a sus orillas con un nuevo estadio y con nuevas instalaciones deportivas”, el presidente de Boca comenzó a hacer anuncios a veces estrafalarios como que se iba a colocar la bandera xeneize en la Luna o que recorrería en persona los días de partido las tribunas sociales vendiendo artículos y chucherías boquenses para recaudar fondos. Una de las empresas constructoras encargadas del proyecto, se llamaba Christiani & Nielsen y financiaba también el Banco Holandés Unido del cual Armando era mandatario. El decreto original aclaraba que si no se completaban las obras todo pasaba a poder de la Municipalidad de Buenos Aires.

Alberto J. Armando señala el lugar donde se levantaría el nuevo estadio boquense, en la isla más alejada de la Ciudad Deportiva

Pero reanudemos con su evolución. Lo que no se decía al principio, comenzó a gestarse en el tiempo. Mientras avanzaba el relleno y la construcción de la confitería con pileta, canchas de tenis y demás deportes, piletas de natación, anfiteatro, fuentes ornamentales, autocine, parque de diversiones, sectores de recreación y camping, el presidente se envalentonaba y anunciaba la construcción de una torre gigante con confitería giratoria en la cumbre (la que finalmente se instaló en el Parque de la Ciudad). El proyecto contemplaba un estadio con capacidad para más de 100.000 espectadores sentados, distribuidos en 3 sectores: Plateas bajas, para 29.800 personas; 7.200 palcos, y la bandeja alta, con 65.000 butacas. El super estadio se iba a inaugurar el 25 de mayo de 1975 a las 11 horas.

Estudiosos en el tema hoy en día, afirman que el proyecto fue una viveza en la que se usó a Boca como entidad civil para obtener costosos terrenos y construir allí un suntuoso barrio. Cosa que mirando hoy en día, reafirmaría esa teoría. Es por eso que los interesados en el proyecto económicamente hablando, hicieron hincapié en el artículo 2do de la ley 16.575, que establecía un acuerdo con el club Boca Juniors al cual se le habían "comprado" 40 hectáreas adyacentes al Río de la Plata, para que obligatoriamente destine el dinero en la construcción del estadio y los complementos del mismo. Paralelamente Armando seguía entusiasmado y para financiar la obra, empezó a vender bonos o títulos pro-patrimoniales que daban categoría de Socio Patrimonial para el uso de las instalaciones. Muchísimos hinchas de Boca compraron estos títulos en diferentes formas y opciones: De contado, en 12 cuotas, en 50 cuotas, con cheques etc. Los hinchas que adquirieran estos cupos sería nombrados socios fundadores del estadio y les correspondían palcos de por vida.

Los éxitos deportivos locales estaban y el otro sueño de Armando, la Libertadores que afianzaría al club a nivel internacional (algo que River había logrado 20 años atrás con los varios trofeos internacionales que levantó), no se concretaba. Mientras tanto, todo lo que no era el estadio se iba completando y funcionaba a pleno. En 1970 un militar de alto rango, y "simpatizante" de Boca, Alejandro Lanusse, asumió el gobierno militar que ya venía de dos fracasos desde 1966 y apoyó el sueño de Armando, quien en una ceremonia hecha el 25 de mayo de 1972 colocó en su presencia, la piedra fundamental del gran estadio. La obra sería financiada con series de rifas gigantes denominadas Cruzada de las Estrellas y Cruzada de Oro, más la venta de plateas en la nueva cancha. Algunos pesimistas hablaban de la imposibilidad de construir semejante mole en flojos terrenos recién ganados al río. Estábamos en 1972 y Armando todas las semanas iba contando a cuanto micrófono se le cruzara la cantidad de pilotes colocados alrededor de la isla 7 para continuar la obra.

Diario La Nación correspondiente al 25 de mayo de 1972

A nivel político la presión de Perón desde España y su fiel pueblo argentino forzaron a Lanusse a dar una salida democrática para 1973, levantando 18 años de proscripción al viejo líder. Entonces Armando, de antigua militancia peronista, abandonó su pasado y apoyó al candidato de Lanusse, otro militar que sacó muy pocos votos, Ezequiel Martinez. Aparentemente Lanusse y su gente, financiarían secretamente el gran estadio boquense que tanto deseaba Armando. Dato que no es menor, porque a River se le acusa de tener un estadio construido por los militares sin tener en cuenta que este proyecto  de Boca seria financiado por la dictadura. Todo este cóctel político, más algún problema personal no resuelto entre Armando y López Rega, le firmaron el certificado de defunción al gran estadio, que para ese entonces apenas contaba con una tribunita de 30 metros y 8 escalones en el solar de la isla 7.

Algunos allegados cuentan que el 25 de mayo de 1975 fue un día muy traumático para Armando. Con el transcurso del tiempo la estructura de la Ciudad Deportiva fue decayendo jugándole muy en contra la costumbre ridícula de los gobernantes de hacer dificultoso el acceso a las zonas ribereñas, hecho notorio aún hoy en día en Buenos Aires, una ciudad de espaldas al río. Falta de presupuesto y mantenimiento hicieron el proceso inverso rápidamente: yuyos, óxido, degradación y abandono. Armando lograría muy rápido en 1976 borrar sus penas cuando el equipo de fútbol del 'Toto' Lorenzo le dio sus alegrías pendientes: bicampeonato, dos Libertadores y la Intercontinental.

Paralelamente ya con la Junta Militar de Videla en el poder se construyeron las autopistas y el material de las demoliciones se volcó al río en la zona aledaña a la Ciudad Deportiva, eliminando de esa manera el fabuloso balneario de la Costanera Sur y convirtiéndose en otro atentado al Río de La Plata. Con el tiempo esos cascotes darían lugar naturalmente a la formación de la hoy llamada Reserva Ecológica. Finalmente cuando El Monumental fue el centro de atención de todos en el Mundial de 1978, Armando vio que a veces hay que hacer más y hablar mucho menos. Porque Antonio Vespucio Liberti (ex presidente de River Plate), hablo mucho menos. pero construyó el mejor estadio de Sudamérica: El Monumental.

 Estadio Monumental de Núñez en la inauguración de la Copa del mundo

En 1979 el intendente de facto Cacciatore, a pesar de que Boca Juniors había caído en incumplimiento, le amplió el plazo de ejecución de la obra y lo liberó de la obligación de construir el estadio. El panorama era: una gran olla con la tribunita de 8 escalones por 30 metros, y el tétrico alrededor de yuyos muy altos tapando topadoras abandonadas y docenas de perros vagabundos. Cuando los hinchas de Boca se enteraron que lo de el estadio no se iba a hacer, se enojaron con la dirigencia y especialmente con Armando que les hizo comprar palcos y títulos patrimoniales que costaban mucho dinero para la época. Literalmente fueron estafados por sus mismos dirigentes (y pensar que se llenan la boca hablando de que Passarella no trata bien al socio de River).

Para 1982 Cacciatore dio por finalizadas las obras y le asignó a Boca la posesión definitiva. Se habían rellenado 60 hectáreas, 20 más de lo previsto. Durante la década del 80' se le alquiló la isla con la confitería a la Cámara de Comercio Argentino Soviética que instaló un centro de exposición permanente de productos exportados de URSS hacia Argentina. En época menemista, algunas leyes del Congreso más decretos presidenciales y comunales, le ampliaron a Boca la facultad para subdividir los terrenos y enajenarlos (venderlos). Para 1992 el gobierno boquense de Alegre y Heller vendió la Ciudad Deportiva en una suma que redondea los €22.000.000 para usar los fondos en obras del sector Casa Amarilla. Actualmente en la zona donde se iba a construir la ciudad deportiva quedó una "especie de reserva ecológica", y obviamente quedaron los escalones de ese faraónico estadio que nunca fue.